Principios básicos de liberación emocional

Estimados lectores, les deseo un año nuevo lleno de bendiciones y que se materialicen todos sueños. Hoy voy a terminar con la serie del maravilloso libro del Dr. David R. Hawkins, “Dejar ir”,  donde hablaremos de los principios básicos para lograrlo:
·         Un pensamiento es una “cosa”. Tiene forma y energía.
·         La mente controla el cuerpo con sus pensamientos y sentimientos. Por lo tanto, para sanar el cuerpo, hay que cambiar los pensamientos y los sentimientos.
·         Aquello que mantenemos en la mente tiende a expresarse a través del cuerpo.
·         El cuerpo no es el yo real, es como una marioneta controlada por la mente.
·         Las creencias inconscientes pueden manifestarse como enfermedades, a pesar de que no las recordemos.
·         Una enfermedad tiende a ser el resultado de la supresión y la represión de emociones negativas, además de un pensamiento que le da una forma específica (consciente o inconscientemente elegimos una enfermedad en particular y no otra).
·         La causa de los pensamientos son los sentimientos suprimidos y reprimidos. Cuando dejamos ir un sentimiento, desaparecen miles o incluso millones de pensamientos activados por este.
·         A pesar de que es posible cancelar una creencia específica y rechazar su energía, generalmente, es una pérdida de tiempo tratar de cambiar el pensamiento mismo.
·         Entregamos un sentimiento al permitir que esté presente sin condenarlo, juzgarlo ni resistirnos a él. Simplemente, lo observamos y nos permitimos sentirlo sin tratar de modificarlo. Si tenemos la predisposición a entregar un sentimiento, este se agota a su debido tiempo.
·         Un sentimiento intenso puede ser recurrente, lo que significa que no hay más de él que debe ser reconocido y entregado.
·         Para entregar un sentimiento, a veces es necesario empezar por renunciar a lo que sentimos con respecto a esa emoción particular (por ejemplo la culpa asociada a “yo no debería sentir esto”).
·         Para soltar un sentimiento a veces es necesario reconocer y soltar la recompensa subyacente (por ejemplo, la excitación de la ira y la simpatía que provoca la condición  de víctima desamparada).
·         Los sentimiento no son el verdadero yo, sino programas que vienen y van. El verdadero Ser interno siempre permanece igual. Por eso es necesario dejar de identificarse con los sentimientos transitorios.
·         Ignoremos los pensamientos. No son más que interminables racionalizaciones de sentimientos internos.
·         Pase lo que pase en la vida, mantengamos la firme intención de entregar los sentimientos negativos conforme surjan.
·         Tomemos la decisión de que la libertad es más deseable que tener sentimientos negativos.
·         Elijamos entregar (a un Poder Superior) los sentimientos negativos en lugar de expresarlos.
·         Entreguemos la resistencia y el escepticismo con relación a los sentimientos positivos.
·         Soltemos los sentimientos negativos, pero compartamos los positivos.
·         Reconozcamos que dejar ir va acompañado de una sensación general de sutileza y liviandad.
·         Renunciar a un deseo no significa que no se vaya a conseguir lo que se quiere. Solo despeja el camino para que eso suceda.
·         Consigámoslo por “ósmosis”. Pongámonos en el aura de los que tienen lo que queremos.
·         Lo semejante atrae a lo semejante. Asociémonos con personas que empleen la misma o similar motivación y que tengan la intención de expandir su conciencia y sanar.
·         Seamos conscientes de que nuestro estado interior es conocido y se transmite. La gente a nuestro alrededor intuye lo que pensamos y sentimos, aunque no lo verbalicemos.
·         La persistencia da sus frutos. Algunos de los síntomas o enfermedades pueden desaparecer rápidamente, mientras que otros pueden tardar meses o años, si la dolencia es crónica.
·         Dejemos de resistirnos a la técnica. Comencemos el día con ella. Al final del día, tomémonos tiempo para renunciar a cualquier sentimiento negativo que quede en las actividades del día.
·         Solo estamos sujetos a los que tenemos en mente. Solo somos esclavos de una creencia o pensamiento negativo si consciente o inconscientemente sentimos que nos es aplicable.
·         Dejemos de dar nombre a nuestro trastorno físico, no lo etiquetemos. Una etiqueta es todo un programa. Entreguemos lo que sintamos, las sensaciones. No podemos sentir una enfermedad. Una enfermedad es un concepto abstracto que mantenemos en la mente. Por ejemplo, no podemos sentir asma, sentimos opresión en el pecho, silbidos, tos. No es posible experimentar el pensamiento: “no estoy recibiendo suficiente aire”.
·         Lo mismo es aplicable a nuestros sentimientos. En lugar de ponerles etiquetas y nombres, podemos, simplemente, sentir las sensaciones y soltar la energía que está tras ellas. No es necesario etiquetar una sensación como “temor” para ser consciente de su energía y renunciar a ella.
Practicar estos principios, requiere disciplina y constancia, pero créeme que tendrán resultados sorprendentes en tu vida…


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