¡Feliz semana amigos! El día de hoy, daré continuidad al
artículo de la semana pasada sobre el libro “Dejar ir” del Dr. David R.
Hawkins, el cual, es una verdadera maravilla…
Él, hace una clasificación
sumamente interesante de las emociones y sus consecuencias.
Es bien sabido que
todo en este universo es energía, donde las emociones no son la excepción. Lo
semejante atrae lo semejante, de tal forma que, cuando vivo con muchas
emociones negativas a lo largo del día, atraigo más situaciones que me generen
más emociones negativas, de tal manera que se vuelve un círculo vicioso… Les
recomiendo que lean o vean en You Tube al Dr. Joe Dispenza, quien habla acerca
de las adicciones emocionales. Cada nivel de conciencia es calibrado en una
escala logarítmica de poder energético que va del 1 al 1000. El nivel de
iluminación es de 1000 y corresponde a la energía de Jesucristo, Buda y
Krishna. Por el contrario, la vergüenza tiene la escala menor de 20, cercana a
la muerte.
Curiosamente, “el coraje”, cuya escala es 200, representa el
punto crítico que marca el cambio de energía negativa a positiva. Es
importante aclarar, que “coraje”,proviene del
latín “cor,” que significa “corazón”, y significa
tener valor, echar el corazón por delante. Esta emoción es la que nos lleva a
enfrentar los desafíos de la vida y nos hace más fuertes, además, cuando
aprendemos a sortear los obstáculos, ayudamos a otros a vencer sus miedos. A
continuación, les muestro la lista de las principales emociones y sus valores
energéticos:
· Paz
(600)
· Alegría
(540)
· Amor
(500)
· Razón
(400)
·
Aceptación (350)
·
Voluntad (310)
·
Neutralidad (250)
· Coraje
(200)
· Orgullo
(175)
· Ira
(150)
· Deseo
(125)
· Miedo
(100)
·
Sufrimiento (75)
· Apatía
(50)
· Culpa
(30)
·
Vergüenza (20)
Del orgullo hacia abajo son las escalas vibratorias
menores, lo cual representa, menor energía, menor poder, peores circunstancias en
la vida, relaciones más pobres, menor abundancia y amor, peor salud. Son
personas a las cuales se les evita y se encuentran rodeadas de gente del mismo
nivel. Una vez que, ascendemos al coraje, incrementamos la eficacia, el éxito y
la abundancia con menor esfuerzo. Nos rodeamos de personas más positivas y
exitosas, emitimos una energía muy positiva y contagiosa para los que nos
rodean, “brillamos”, los demás quieren estar cerca de nosotros, atraemos a los
animales e influimos positivamente en la vida de otros.
Pero, ¿qué hacemos con estas emociones negativas? En
primera instancia, revisar los pensamientos similares donde se produzca una
sensación corporal similar. Registrar claramente la sensación, por ejemplo,
taquicardia, sudoración, palpitación en el pecho, opresión, dolor de estómago,
tensión muscular, fruncir el ceño, llanto continuo, etc. Después, aceptar estas
sensaciones sin reprimirlas ni controlarlas. Una vez que hagamos esto, solas se
empezarán a ir hasta agotarse. Así de sencillo… La clave es “aceptar” las
sensaciones y emociones tal cual se presenten.
En el caso de las crisis emocionales, es útil usar de
manera consciente los tres mecanismos emocionales: supresión (o represión),
expresión o escape, para hacerlas más llevaderas. Esto permitirá, que podamos
ir trabajando una a una de las emociones subyacentes en la misma, tales como,
miedo, culpa, vergüenza, apatía, etc. Gestionar la crisis a nivel emocional y
no intelectual, reduce radicalmente su duración. Posteriormente, al liberar
todas las emociones involucradas, se verá con una mayor claridad lo que se
necesita para seguir adelante, entrando en el “coraje” y, que nos permitirá
buscar nuevas alternativas, asimilar el aprendizaje de la experiencia, de tal
forma que podamos salir fortalecidos. Es importante recordar que la resistencia
crea persistencia. Entre más resistas las emociones negativas, mayores
consecuencias tendrán a nivel fisiológico, mental y sobre todo, seguiremos
creando situaciones de dolor.
Un ejercicio muy simple es sentarse a observar la emoción
opuesta a la emoción negativa que estamos viviendo y dejar de resistirnos a
ella. Por ejemplo, al momento que sienta resentimiento, conscientemente
comenzar a sentir perdón.
A medida que sigamos entregando nuestra resistencia a
amar, nos daremos cuenta que dentro de nosotros habita alguien que quiere dar y
compartir, liberarse del pasado y dejar atrás el conflicto. Perdonar y
perdonarnos, eso es lo que nos lleva a reencontrarnos con nuestro Ser
Superior….
¡Les deseo el mejor de los años!