Muy buenos días estimados
lectores. Hace unas semanas tuvo a bien, mi buen amigo Paco, regalarme un libro maravilloso llamado “Dejar
ir” de el Dr. David R. Hawkins, el cual, me atrapó desde el primer instante, ya
que explica muy claramente cuál es la base del sufrimiento, así como los
beneficios de tener una inteligencia emocional más desarrollada. A continuación
les presento algunos de los puntos de este libro.
“Como
explica Hawkins, una -pequeña parte de nosotros mismos se apega a lo familiar-,
sin importar lo doloroso o ineficiente que sea. Puede parecer extraño, pero nuestro ser, son “s”
minúscula, en realidad , disfruta de una vida empobrecida y de toda la
negatividad que conlleva: sentirse indigno, invalidado, juzgar a los demás y
juzgarse a uno mismo. Intentar salir ganando y tener razón siempre, lamentarse
por el pasado, temer al futuro, lamerse las heridas, ansiar la seguridad y
buscar amor en lugar de darlo”.
Fran
Grace
Pero, ¿cuál es el
mecanismo para dejar ir? En primera instancia, “soltar”, corresponde a liberarte de la presión interna (la loca de
la casa, ego o pensamiento, más las emociones aparejadas, miedo, dolor, enojo,
culpa, etc.), para llevarte a un incremento en tu felicidad y bienestar en
todos los niveles, físico, mental, emocional y del espíritu.
Pero resulta que, la
mayor parte del tiempo, los seres humanos estamos sometiéndonos a una
turbulencia interna producida por el temor y la amenaza de la desdicha, donde
nuestra autoestima siempre es puesta en peligro de manera interna y externa.
Lo interesante es, que
los pensamientos no son los que tienen el poder de generarnos la desdicha, sino
los sentimientos que los acompañan. Son estas emociones almacenadas en nuestro
organismo, las que crean los pensamientos distorsionados. Esto se debe a que
toda la información que percibimos del entorno, la recibe el tálamo, el cual, la
envía a la amígdala cerebral, esta, a su vez, es la señal de alarma del cuerpo
y de ahí, a los lóbulos frontales que son los responsables de imaginar y
pensar. De tal forma que, cuando la señal de peligro está prendida, comenzamos
a fabricar historias de terror acerca de lo que nos pasa. Si pudiéramos tener conciencia del dolor o
miedo subyacente, al instante podríamos liberarnos de los pensamientos
negativos.
Gray y La Violette
señalan que, los pensamientos son archivados en el banco de la memoria de
acuerdo a los diferentes matices de los sentimientos asociados a ellos. Por lo
tanto, cuando soltamos un sentimiento,
nos liberamos de todos los pensamientos asociados.
La forma más fácil para
vivir en libertad y darles libertad a quienes nos rodean es soltar todos
nuestros conflictos internos, así como nuestras expectativas.
Los mecanismos
principales para no gestionar de manera adecuada los sentimientos son:
1. La supresión y la represión: La represión se da a nivel
inconsciente y la supresión se da a nivel consciente. El guardar los
sentimientos se manifiesta con síntomas de irritabilidad, cambios de humor,
tensión en los músculos del cuello y la espalda, dolor de cabeza, calambres,
trastornos menstruales, colitis, indigestión, insomnio, hipertensión, alergias,
etc. La represión se da cuando sentimos demasiada culpa y miedo ante algo, por
lo cual no podemos enfrentarlo. Para poder reprimir o suprimir, usamos dos
mecanismos por excelencia, la negación y la proyección. Fritz Pearls decía que el 90% de nuestras
relaciones son proyección y el otro 10%, también…
2. Expresión: La expresión de las emociones negativas permite salir
únicamente la suficiente presión interna para que el resto del contenido pueda
ser suprimido, sólo propagando y dándole mayor energía. La expresión de la negatividad produce el
deterioro en las relaciones.
3.
Escape: Es
la evitación de los sentimientos a través de la diversión, compulsiones y
adicciones. Todos los excesos están incluidos aquí: trabajo, ejercicio, etc.,
lo cual provoca enfermedades físicas y emocionales, así como, envejecimiento y
muerte prematura.
Las emociones son
internas, no se producen de manera externa, eso es algo importante de
contemplar. Todos los síntomas físicos son el resultado de las emociones
guardadas (ansiedad, miedo, ira y culpa).
En el siguiente artículo veremos cómo liberarnos de ellas.