Estimados lectores, ¡feliz lunes! El día de hoy vamos a
hablar acerca del dinero y la espiritualidad, ya que hay una gran confusión
acerca de ello. Pensamos que el dinero es papel y moneda, cuando, lo que en
realidad representa, es la energía que da valor a algo. Si yo valoro un
servicio, pago por ese servicio; si yo valoro la utilidad que me da tener una
casa, compro esa casa. Algo que necesitamos aprender, es que si estamos
estresados por la falta de dinero, no estamos valorando muchas veces el trabajo
que realizamos.
Desgraciadamente, en algún punto de la historia, a
alguien se le ocurrió la idea de que el dinero era malo, inadecuado e incluso
pecaminoso, contrario al desarrollo espiritual, pero, este paradigma, ha creado
un enorme sufrimiento y confusión a lo largo de la historia, sin cuestionar si
es cierta o falsa esta concepción. Así mismo, de esta creencia se han
beneficiado muchas personas.
Los pensamientos negativos acerca de los bienes
materiales arranca y a lo mejor sobrevive, gracias a la visión
dualista que tenemos de la vida, ya que los seres humanos a fin de facilitar el
proceso de aprendizaje requerimos clasificar y agrupar los diferentes
elementos, codificándolos para así comprenderlos y guardarlos en la memoria.
Por ejemplo, decimos que hay luz y oscuridad, pero, al establecer dicha
clasificación, desarrollamos una escala de valores opuestos, nombrando
elementos que pertenecen a la luz y otros a la oscuridad. No por ello hay que
olvidar que luz y oscuridad son tan sólo partes de un todo y no existen la una
sin la otra, ya que la oscuridad es simplemente la ausencia de luz. De la misma
forma clasificamos en bueno y malo todo lo que nos sucede, pero cabría
preguntarnos, ¿Qué es bueno o malo para cada quién?, ya que en una cultura
puede ser algo bueno y útil, mientras que en otra no…
Lo mismo ocurre con el espíritu y la materia. Ambos son
opuestos pero al mismo tiempo inseparables y complementarios. El espíritu
necesita de la materia para desarrollarse y la materia necesita del espíritu
para refinarse. Juntos crean una totalidad que es mayor que la suma de sus
partes y que, cuando se armonizan y perciben como complementarias, transforman
nuestra existencia en una fuente de paz y serenidad.
Separar materia y espíritu no puede generar buenos resultados.
En este sentido llama la atención como aquellas personas que se proclaman
espirituales, dicen renunciar a los bienes materiales para pasar a engrosar las
filas de los que viven a cuenta de los demás, olvidando que el desarrollo
espiritual conlleva el desarrollo de independencia financiera.
Tener libertad financiera es dejar de depender del dinero
para vivir. No por qué alguien te mantenga, sino por qué has logrado un estado
de conciencia en donde ya no trabajas para generar dinero, sino que es el
dinero quien comienza a trabajar para ti. Así dejas de servir al dinero para
que el dinero te sirva a ti y a los que amas.
Ahora, ¿cómo se hace esto? Percibiendo y sintiendo a la
vida como una unidad, como en el Tao, es decir dinero y espiritualidad son parte
de un todo mayor.
De tal manera que, los problemas económicos cotidianos,
son la expresión misma de nuestros problemas espirituales. Es absurdo gastar
excesivamente para aparentar lo que no se es; así como ser un esclavo de
vivir “al debo”, o gastar lo que aún no se tiene. ¿Qué crees que esconden las
compras compulsivas, la avaricia o el desorden económico? Evidentemente
un problema espiritual.
El dinero es una de las formas de manifestar al
espíritu, donde tienes la conciencia de que no eres esclavo del dinero, sino su
dueño.
El problema no es nunca el dinero, sino la actitud
que tienes hacia él. El problema no es la riqueza, sino cómo ella afecta a
nuestro espíritu. Los problemas no resueltos con respecto al dinero, crean
obstrucción, angustia, desánimo y apatía.
Resuelve por tanto tus problemas espirituales. Te haré
una pregunta: ¿Cuánto valen 1000 pesos para ti? ¿Valen lo que dice el billete?
Valen más, menos o nada. ¿Qué valor psicológico le das? ¿Qué sientes si lo
pierdes? Espero que las respuestas a esta pregunta generen en ti una
nueva percepción ante este tema. Recuerda que dos amigos esperan
reencontrase, uno se llama dinero y el otro espíritu. Espero los reconcilies en
tu vida.