Decide estar en tu poder


¿Cómo están estimados lectores? Espero que inicien una semana llena de oportunidades… El día de hoy vamos a hablar del “poder”, el cual representa estar en control de ti mismo, reconociendo tus emociones y manejándolas, “aceptar” las cosas tal cual son, viendo qué voy a hacer a partir de lo que me está pasando. Comprender cuál es tu “responsabilidad” en lo que te sucede y entregándole su responsabilidad a los que cooperan contigo para crearla, en vez de culparnos o culpar.

El tema se complica cuando desde pequeños aprendimos en esta cultura tan culpígena  en la cual vivimos, donde cada vez que yo no cumplía con las expectativas de los demás, automáticamente pasaba a sentirme “malo” y culpable, con frases tales como: “Por tu culpa estoy enojad@”, “Si no me obedeces, mami se va a poner triste”, “por tu culpa me tuve que casar”, “por ustedes no me divorcio”, etc., etc… La lista es interminable… ¿Qué aprendimos? Pues que de mí dependía cómo se sintieran los demás… Por lo cual, yo sólo me quería sentir bueno e inocente haciendo lo que se esperaba de mí. Aprendí a hacer una serie de estrategias para tratar de ser aceptado y amado por los demás, con las consecuencias que esto implica. Me puse una serie de máscaras, la del “buenito”, la del “sabelotodo”, la del “rebelde”, la del “fuerte”, la del “enfermito”, en fín… Esas máscaras, aseguraban que fueras visto o tomado en cuenta de alguna manera, que aseguraras tu supervivencia, pero, sobre todo, que te fueras adaptando al medio. La consecuencia, que entregaras tu poder…

Lo importante aquí, es retomar la responsabilidad sobre nuestras vidas. Esto es, recuperar la “habilidad para responder de manera creativa a la vida”, es decir, comenzar a decidir, aquí y ahora, qué es lo que quiero hacer con lo que me está pasando, recuperando mi capacidad de elegir libremente y dándome el permiso de cometer errores, de fracasar, de ser imperfecto, porque en ello va a radicar el recuperar mi poder; aceptando lo que soy y reparando los daños cometidos. La palabra de la responsabilidad es “quiero” o “no quiero”, en vez de “tengo”, “debo”, “debería” o “hubiera”, las cuales implican una obligación impuesta por alguien más o autoimpuesta sin un cuestionamiento previo.

Una vez que recuperas tu poder, es decir, cuando te permites ser tu mismo, aceptando y valorando lo que eres, será cuando puedas comenzar a brillar a tu alrededor. Lo más seguro es que se aparezcan por allí algunos vampiros emocionales que te inviten a que vuelvas a ser el mismo de antes, ya que tu transformación implica que ellos también se tengan que mover o, porque tu brillo les asusta y les da envidia… Pero, lo que si te digo, es que el cambio vale la pena.

¿Cuáles son los pasos para recuperar mi poder? Pues lo primero que necesitas es reconocer quién eres y recuperar tu autoestima, después trabajar mucho con tus creencias limitantes, ya que cuando te das cuenta que estas creencias, son  las que crean tu vida, es cuando puedes cambiarlas y crear cosas mejores para ti. También es importante que trabajes con tus patrones transgeneracionales. En este sentido, te invito a que hagas tu árbol genealógico hasta la generación de tus bisabuelos por lo menos y que te des cuenta, de cuáles son los patrones que estás repitiendo, con cuáles miembros te identificas, cuáles son los miembros de tu sistema que tuvieron alguna suerte difícil, etc.
También es importante desarrollar inteligencia emocional, para reconocer tus sentimientos, expresar las necesidades subyacentes a cada uno de ellos, así como, para ayudar a los demás a expresarlas también de una manera positiva.

Trabajar en soltar tus apegos, tus expectativas y tus miedos, atreverte a correr riesgos, para poder enfocarte a tomar las riendas de tu vida y de tu destino de una manera exitosa, pudiendo colaborar a engrandecer la vida de los demás también.


Te invito a desarrollar todo tu potencial.


Haste dueño de tu destino profesional


Comencemos la semana estimados amigos, preguntándonos, si estamos desarrollando la actividad profesional que nos apasiona. Si es así, ¡felicidades!!! Si no, ¿qué esperas para hacerlo?
Hagamos un ejercicio:
Piensa en las 3 actividades para los que seas bueno o buena  y cómo puedes ponerlas al servicio de los demás. Sólo si sabemos para qué somos buenos, haremos una vida con propósito. Es muy difícil ser felices si no hacemos cosas que hagan más felices a los demás.

De ahí necesitamos comprometernos con nuestra pasión. Del 1 al 10, ¿qué tanto estás comprometido con tu proyecto actual? ¿Qué estamos haciendo con menos de un 10 de compromiso? Ahora, ¿te garantiza un compromiso 10 que vas a lograr tu propósito? No, desgraciadamente, sin embargo, al dar el máximo esfuerzo se potencializan los resultados. Si tienes un compromiso 6 o 7, obviamente, se va dificultando la llegada.  Existe una regla: “Juégate al máximo riesgo todo aquello que puedas perder, sin temor a que te pase nada”. Juega para ganar, no para no perder. Es decir, hacemos todo para no perder, para apostar a lo “seguro”, sin darnos cuenta, que estamos haciendo muchas veces más de lo mismo, volviéndonos “genéricos”.

Otro punto importante para ser dueño de tu destino profesional es: ¿Has duplicado tu tasa de errores? inicia proyectos en los cuales no sepas si vas a acertar o si la vas a regar. Has un aprendizaje validado. Es decir, ensayo y error, hasta crear lo que quieres. Cada pequeño autónomo necesita innovar, apostar por lo desconocido, correr riesgos. Ahora, te invito a que escribas una idea que nunca te hayas atrevido a realizar, donde no tengas asegurado el éxito y estés innovando. Comprométete a realizarlo. Formúlate la siguiente pregunta: Y si hago esto, ¿qué es lo peor que te podría pasar? Mide los riesgos, y si eres capaz de afrontarlos, ¿qué esperas para empezar?

La siguiente cuestión es, ¿sabes qué problema solucionas como profesional exactamente? Si estás resolviendo el mismo problema que muchas personas, permíteme decirte que eres un genérico.
Para poder dar mucho, necesitamos ser muy buenos en lo que hacemos, necesitamos ser totalmente expertos en resolver un problema en un área muy específica del conocimiento. Una vez que ya lo sepas, necesitas vender tu proyecto,  ser capaz de decirle a otra persona en 30 segundos a qué te dedicas, a esto se le llama “elevator pitch”. Cuando tú eres capaz de transmitir esta información a tus posibles clientes, de manera contundente y clara, se potencian tus oportunidades.
Hay profesionales que dan muerte  de “elevator pitch”, es decir, se tardan 30 min o más para explicar lo que hacen, en lugar de decir en una frase su propuesta única de valor.

Como profesional, también debes ser capaz de hacer presentaciones efectivas para tu cliente potencial, si no darás la “muerte power point”, es decir, al hacer las presentaciones demasiado cargadas de palabras e información, tu cliente potencial se duerme…

En otra frase explica de qué te diferencias de otros, y en otra ¿por qué tú?, puede ser por tu experiencia, por la  calidad del producto, por tu especialización, etc. Necesitas tenerlo como estructura flotante en la mente. Y por último, hacer una llamada a la acción, ¿qué quiere decir esto? Entregar una tarjeta a tu cliente, preguntarle sus datos, mandarle vía mail información, etc.

Ya tienes que hacer y cómo comenzar a comercializarlo. Ahora “apasiónate” con ello. Hacen falta productos diferenciales, productos o servicios que enamoren al otro. Te recomiendo que leas el libro de Richard Branson que se llama “Hagámoslo”. Ya que, cuando encuentras el qué, el cómo es lo de menos.
Necesitas estar inspirado para poder realizar tu proyecto. Pregúntate, ¿es divertido este trabajo? ¿Realmente me llena?, ¿te levantas emocionado para realizarlo? Cuando te apasiones por lo que haces y te formes para ello, el dinero vendrá. 


Emprender es el futuro


“Algunas personas sueñan con hacer grandes cosas, otras están despiertas y las hacen”.
Jürgen Klaric. 
¿Sabías que el 92% de los emprendimientos en Hispanoamérica fracasan antes del segundo año? ¿Qué necesitamos entonces para emprender con éxito y permanencia en nuestros proyectos? A continuación, te propongo aspectos fundamentales para poder lograrlo.

Todos los emprendedores somos locos en realidad, sin embargo, para crear grandes cosas, necesitamos arriesgarnos a realizar nuestros sueños que pensamos en algún momento que son una locura. Necesitamos contagiar las ganas de emprender en las personas, ya que el futuro es este. Hay que emprender de forma sostenible para que tengamos más empleo, más riqueza y más prosperidad. Emprender es vencer nuestros miedos. ¿Qué necesitamos además? Necesitamos vender información, es decir, “infoproductos”, ser un profesional experto en realizar tu pasión, ya que los expertos en un tema determinado son los mejor pagados. Los nuevos ricos empresarios son los que vendenconocimiento en la era del conocimiento. Suena lógico, ¿verdad? Esto te va a permitir, dejar de cobrar por hora, sino cobrar por tu especialización y eso es mucho más lucrativo. Por lo mismo, vas a conseguir más y mejores clientes, ya que todos quieren trabajar con expertos capaces de transmitir sus ideas, historia, mensaje y experiencias. Es muy importante que te enfoques en un área determinada, ya que el que mucho abarca, poco aprieta…

También es muy importante la diferenciación y el posicionamiento con respecto a tu competencia. Ten tu marca personal. Piensa, ¿por qué habrían de contratarte a ti y no a los demás? ¿Qué problema concreto le solucionas? Es decir, elige un tema, el problema que resuelves y la solución que das.

Así mismo, es muy importante que en la era de la globalización estés inmerso en el mundo digital. Si no estás en internet, no estás; punto y se acabo.

El ser emprendedor, te va a permitir crear tu libertad financiera. ¿Qué quiere decir esto? Pues que vas a poder disponer de tu tiempo para trabajar menos y ganar más, con lo cual, puedes seguir estudiando (responsabilidad máxima de cualquier emprendedor), haciendo cosas que disfrutes, ya que la diversión y el ocio son imprescindibles para tener creatividad y seguir desarrollando nuevos productos y estrategias, tener más tiempo para disfrutar con tus seres queridos, ayudar más y mejor a los demás, automatizar ingresos, delegar tareas, entre otras.

Al momento que vendo conocimiento, lo empaqueto, puedo crear productos, por ejemplo,  CD´s, DVD´s, ebooks, webinars, conferencias on line, etc., lo cual, a su vez, me va a permitir ser solicitado por las organizaciones y las personas para darles entrenamientos, coaching, cursos, conferencias presenciales, asesorías, mentoring, etc.

¿Otra ventaja adicional? No requieres de una edad determinada, el esfuerzo es mental y no físico, puedes hacerlo desde tu casa o cualquier lugar, la materia prima es inagotable ya que depende de tu creatividad, ingresas al mercado mundial, tienes márgenes de utilidad grandes y poca inversión de capital. Puedes realizar tus productos digitales una sola vez y seguir cobrando permanentemente por ellos. Recibes ingresos pasivos y activos.

Es importante que comprendas que los emprendedores se entrenan en el mundo de los negocios más que en las universidades, sin embargo, siempre se están formando, ya que leen, investigan, experimentan. Están acostumbrados a intentar, fracasar y levantarse, tienen alta tolerancia a la frustración. Así mismo, utilizan sus relaciones interpersonales, son expertos en crear relaciones, buscan mentores y gente que los inspire. Reconocen que es mejor trabajar en pequeños equipos que en grandes organizaciones. Se responsabilizan de sus errores, ya que no hay nadie a quien culpar, buscando permanentemente soluciones y mejoras. Por lo mismo, se adaptan al cambio fácilmente y, por último, están innovando constantemente.

Te invito a que te conviertas en un emprendedor en vez de ser un empleado. Por experiencia propia te puedo compartir que es la mejor aventura que puedes comenzar. Si quieres más información puedes contactar conmigo a través de mis contactos. 


El miedo al compromiso


En principio el miedo no es algo negativo, se trata de un mecanismo de defensa que usamos cuando percibimos una situación de riesgo. Ahora bien, cuando la situación de supuesto riesgo se produce ante un estímulo positivo, se trata de un miedo irracional y éste siempre tiene como base una inseguridad.

Por otra parte, la palabra compromiso, significa “con la promesa de”, y se refiere a un acuerdo entre dos partes, que cuando no se cumple, genera mucha desilusión.

Pero, ¿por qué a muchas personas les da miedo el compromiso? Si tomamos en cuenta, que la mayor parte de nuestros miedos son irracionales y que nos provocan reacciones desproporcionadas, el miedo al compromiso nos indica que proviene pensamientos negativos proyectados a futuro, tales como, el miedo a la intimidad, a perder la libertad, a sentirse invadid@, tener que estar pendiente del otro, mayor carga económica, etc… En lugar de enfocarse en las cuestiones positivas que te puede aportar una pareja, como son: amor, compañía, apoyo, cuidado, compartir gastos, crear una relación de crecimiento y diversión.

¿De dónde viene este miedo irracional? La mayoría de las ocasiones proviene de lo que se llama “apego evitativo”, el cual proviene de la teoría de John Bolby, sobre los estilos de apego. En este estilo, la persona se siente fácilmente invadida por el otr@, provienen normalmente de madres o padres muy castrantes que quieren imponer sobre el niñ@ formas de ser, hacer o estar; por lo cual, cuando crezca, lo que menos querrá son imposiciones y control, sino que buscará libertad; de tal manera, que cuando la pareja comienza a presionar o a querer compartir mayor tiempo juntos, la persona con este estilo de apego huirá inmediatamente. Es una paradoja que en este estilo de apego, las personas por un lado, tienen un gran miedo al abandono, pero por el otro, tienen un gran miedo a la invasión.

Sus características son: defender la libertad a capa y espada, ser muy independientes y autosuficientes, defienden mucho el “logro”, pueden pasar de una relación a otra, establecer relaciones con varias personas al mismo tiempo, infidelidad, no creen en el matrimonio, amenazan constantemente con huir de la relación, pueden ser aislados, seductores o extremadamente serios, suelen tener muy poco contacto con sus emociones. Confían en sí mismos, pero no confían en los demás.

De manera inconsciente, las personas con apego evitativo, atraen a personas con “apego ansioso”, en el cual, la persona tiene terror al abandono y hace esfuerzos extraordinarios por complacer a la otra persona y así, asegurar que su mayor miedo no se haga realidad;  pueden ser muy controladores, invasivos y complacientes. Confían en los demás, pero no confían en sí mismos. Baja autoestima. Están desconectad@s de sus emociones y de sus necesidades. Muchas veces controlan a través de ser “los buenitos”, lo cual genera culpa en el apego evitativo. ¿Cuál es el problema? Que entre más persigue uno, más huye el otro, desatándose los demonios de ambas partes.

Ahora bien, hay personas que tienen un miedo al compromiso explícito y otro implícito. El primero se refiere a aquellos que son muy claros al expresar su necesidad de no comprometerse con nadie. El implícito en cambio, no es tan evidente incluso para ellos mismos, ya que muchas veces pueden entrar en relaciones de compromiso, pero sentirse incómodas en ellas, huyendo a la menor provocación.

Otras de las causas del miedo al compromiso pueden ser: Haber sufrido dolor en relaciones pasadas, infidelidad, haber tenido modelos de pareja provenientes de los padres muy disfuncionales, lo cual haya creado modelos de desconfianza hacia las relaciones.

¿Qué hacer? Es mucho mejor siempre ser claros y honestos en las relaciones para evitar causar dolor en el otro y desilusión. Trabajar con el miedo a ser “tragado” por el otro y permitirte acercarte poco a poco a la pareja. Poner límites claros cuando te estás sintiendo invadido por el otro. Buscar las cosas buenas que tiene para ti estar en pareja, no solamente las negativas. Arriesgarte…

Tener una relación de pareja, es sin duda de las mejores experiencias de la vida, que vale la pena crear y mantener. Lo más fácil es salir de la relación, pero no necesariamente lo mejor…

¡Feliz semana!!!


Cómo manifestar deseos


¿Cuál es nuestro trabajo como seres humanos? Hacer visible lo invisible. Existen dos tipos de juegos en la vida, el interno y el externo. El juego externo es hacer cosas en el mundo de la materia, lo que vemos, la agenda, el plan de acción, los hábitos, las actitudes, cambiar el pensamiento, etc. En el fondo este se vincula con el mundo material y es el fácil.
El segundo juego es interno y este es el orden implicado, el cual, es el que esta creando el orden explicado. En el orden implicado se está cocinando todo. Todo lo manifestado proviene de este orden implicado. ¿Y si todo lo que yo me pudiera imaginar pudiera ser una realidad? Y si fuéramos capaces de hacer todo aquello que creíamos imposible? Tenemos que dejar de imaginarlo y necesitamos empezar a experimentarlo, a vivirlo. Necesitamos conectar con una parte nuestra donde nada es imposible.

Para ello, hablemos entonces de la Ley de la Asunción, la cual dice: “Si desde tu conciencia persistes en la emoción de la asunción del resultado, hasta que se convierta en dominante, el logro será seguro”.
Sé que eso ya existe, no lo veo, no lo toco, pero sé que eso que yo deseo ya existe a nivel sutil, en el orden implicado y, si lo hago así, se va a ver manifestado en el orden explicado. Por tanto, si en tu conciencia persistes en la emoción, en la sensación de que está hecho, con una plena confianza y certeza, se verá materializado en el juego externo.

“Convierte tu sueño futuro en hecho presente, asumiendo la sensación del deseo cumplido”. Neville Goddard

En pocas palabras, las emociones son las que crean nuestra realidad. ¿Se acuerdan de la Ley de la Atracción? ¿Aquella que dice que lo que tu piensas es lo que atraes? Veamos cuál es la diferencia entre ambas leyes:
·         La Ley de la Asunción: Pone énfasis en revelar tu identidad. En revelar quién eres. La gente no sabe quién es; si lo supiera, su vida sería otra. Cuando alguien entra en contacto con su verdadera identidad, manifiesta lo que es. Estamos hablando de nuestro Ser Superior.  Otra diferencia, es la emoción. Se trata de vivir desde la emoción del deseo cumplido aún cuando este deseo no se ha hecho realidad. Pone énfasis en manifestar.
·         La Ley de la Atracción: Pone énfasis en revelar el EGO… Quiero un coche nuevo a la puerta, quiero dinero, quiero amor. La gente se termina enfadando cuando sus deseos no se hacen realidad. Pone énfasis en el pensamiento. La puerta de entrada al inconsciente es la emoción, no es el pensamiento. Pone énfasis en atraer.

Vamos a asumir como cierto, como seguro el resultado, es SI o SI. Para esto necesitamos meter nuestros 5 sentidos en una caja fuerte, ya que muchas veces pueden ser contraproducentes para crear. Hay que pedirles que se callen para manifestar la realidad. Negar la evidencia de los sentidos. Estamos hipnotizados en lo que es, no en lo que puede llegar a ser. No hay que dejar que controlen la situación. Saber que hay otra realidad que se está manifestando.
Prescindir de las pruebas y desaprobar la realidad, porque quiero manifestar otra, es así de claro. Pasa olímpicamente de lo que es a lo que quieres manifestar. Da igual de lo que se trate. Deja de prestar atención a lo que es, para dar paso a lo que quieres que sea. Asume que lo que quieres ya existe ahora. Asume el resultado. Finge que tienes éxito, hasta que ya no tengas que fingir. Actúa como sí… La realidad se irá conformando para generar esa sensación de logro. No es lo que yo quiero, es lo que Yo Soy… Sé quien Soy y lo que estoy manifestando.  Por ejemplo: Alguien te dice, “Oye, ¡qué bonita chamarra! Y tú le contestas, “Y espérate, que me voy a comprar una mejor todavía…”; si te preguntan, ¿cómo estás? Puedes responder, “cada día mejor” y así con todo. La idea es que te vayas acostumbrando hasta sentirlo y creerlo.

Feliz semana

El buen arruinador de su propia vida y de las ajenas


Muy buena semana amigos míos. Esta semana les comparto la 7ª regla del decálogo de Mario Rosen, espero les sean de utilidad:
Subestímese:
“Y así tomé decisiones que jamás imaginé que se agazaparían en lo profundo de mi ser por el resto de mi vida, exigiéndome transformarme en una deformada versión de un súper-humano. Después de esta pretensión casi sobrehumana, ser fuerte, ser perfecto, me refugié para encubrir mi incipiente sensación de inferioridad, el temor al ridículo y el temor a equivocarme. ¡No te expongas, no te arriesgues, no hagas el ridículo!
“Si no haces el ridículo, si temes equivocarte, adiós aprendizaje, adiós crecer. Si no te expones y expresas tus sentimientos, adiós relaciones, adiós intimidad, adiós amada mía. Ese día es muy probable, dejé de mostrar mi sensibilidad y no me arriesgué más. No corrí más por el patio de la escuela. Fui por la vida de puntillas, cuidando de no volver a resbalarme y que no se rieran de mí. Es así como aprendí a desconfiar de mis propios pies”.
Todos aprendemos bajo el mecanismo de estímulo – respuesta, no somos muy diferentes al perro de Pavlov, que aprendió a salivar al escuchar la campana; la mayoría de nosotros fuimos domesticados aprendiendo diferentes reglas;
niños. Y por sobre todo uno se entera de lo que opinan los demás niños y maestros de uno. Y cuando uno ya viene con el autoestima medio desarmada desde la casa, imagínese lo que puede suceder.
Esto genera el siguiente mecanismo:
1. Autoconcepto: “Yo soy débil e incapaz”
2. Posición existencial: Desvalorización; “Yo soy menos”
3. Necesidades: Desmerecimiento; “Yo no me merezco nada”
4. Emociones: Subestimación; “Rabia, tristeza y culpa”
5. Conducta: Sumisión, rebeldía, etc.
Eso que piensas, eso serás. Y por lo tanto: Uno no confía en uno mismo, por lo que, cada vez se exige menos y en consecuencia, cada vez se hacen promesas más pequeñas. Los demás no confían en uno, por lo que, cada vez nos exigen menos. Fin del ciclo.El mejor modo de no asumir riesgos, es no comprometerse. El mejor modo de no comprometerse es subestimarse y sentirse incapaz de cumplir alguna promesa, tanto con uno mismo como con los demás. Piense que los demás lo harán mejor que usted y entréguele la vida a los demás. Sea un simple actor de reparto en el propio escenario de su propia vida.
El mundo está dividido en dos clases de personas: las que esperan que el futuro ocurra y las que deciden construirlo.

¿Cómo decides vivir? En tu cielo o en tu infierno…


Vamos a comenzar con una historia, ¿les parece? Se realizó una convención con  los hombres más sabios de todo el mundo; entre ellos se encontraban, premios nobel, filósofos, líderes de opinión, líderes espirituales, científicos,  en fin, la crema innata de la cultura mundial. La conferencia magistral, la iba a dar el hombre  más sabios de todos, con el tema: “La existencia o no del infierno”. Un tema polémico, ¿verdad? Al llegar al recinto, un periodista le pregunta:
 - Hombre sabio, ¿verdad que el infierno no existe?
A lo cual, él le responde:
- ¡Por supuesto que existe!
En ese momento, se manifestó un clamor general, hubo una reacción de indignación ante su respuesta.
- ¡Cómo es posible que un hombre de su talante nos diga semejante tontería!
- Les voy a decir, por qué el infierno sí existe… Ustedes saben, que cuando nos morimos, nos pasa una película sobre lo que fue nuestra vida. ¿Están de acuerdo?
– Si, estamos de acuerdo…
- ¿Es algo que está demostrado?
- Sí, es algo que está demostrado…
- Bueno, lo que ustedes no saben, es que después les pasa una película de lo que  su vida hubiera sido si se hubieran atrevido a SER o a HACER, y entonces, el grito es tan largo y tan profundo, que eso es el mismísimo infierno….
¿Tú cómo quieres vivir? En tu cielo o en tu infierno…
Te quiero preguntar, ¿estás viviendo la vida que esperabas? Si tu respuesta es “NO”, ¿qué esperas para entrar en acción? Muchas veces, el miedo nos paraliza para tomar decisiones que sabemos que necesitamos tomar, lo cual, nos puede llevar posteriormente a una crisis…
Pero,  ¿qué es una crisis?: “Es un estado de alerta donde la persona siente que no puede con lo que la vida le demandanda, le faltan herramientas para enfrentarla y se siente sola”.
Sin embargo, las crisis nos invitan a evolucionar como seres humanos y  buscar las herramientas que nos faltan. Pero, ¿cómo hacerlo? Te voy a hacer unas preguntas “rompecocos” para que analices:
·         ·         ¿Cuál es aquella decisión que sabes que necesitas tomar y que aun no has tomado?
·         ·     ¿Qué ganas  y qué pierdes por no tomarla? Ojo, siempre ganamos algo con todo lo que hacemos, aunque digamos que no…
·         ·         ¿Qué te impide tomarla?
·         ·         ¿A qué tendrías que renunciar si lo hicieras?
·         ·         ¿Cómo cambiaría tu vida, qué harías de manera distinta si tomaras la decisión?
·         ·         ¿De quién temes no cumplir las expectativas? (Recuerda que tú no estás para cumplir las expectativas de nadie… De hecho, las expectativas son uno de los peores venenos del ser humano. Si el otr@ se decepciona porque no haces lo que quieres, será su responsabilidad solucionarlo, no la tuya… Y si son tus expectativas autoimpuestas, reconoce primeramente que es lo que “QUIERES” para ti, no lo que “DEBERIAS” de ser, hacer o tener para ser feliz).
·         ·         ¿A qué le quieres dar la bienvenida en tu vida?
·          

Por lo tanto, ponte en marcha: “INVESTIGA QUE TIENES QUE HACER Y, HAZLO”

Recuerda que uno se arrepiente de lo que hace, sino de lo que uno no hace…


“El Arte de Perdonar”


“El resentimiento es el único veneno que nos tomamos a diario esperando que le haga efecto al otro”.
Perdonar no significa olvidar, que pases por alto el daño que te hicieron; representa tener la humildad de reconocer que quizás el daño que te hicieron no fue intencional y que aún aunque así fuera, te está hablando del miedo y el dolor de la otra persona; viene también a enseñarte el trato que te das a ti mismo o algo que necesitas trascender. Nadie te hiere, tú decides quién te hiere y qué te hiere.
No perdonamos muchas veces, por la falsa creencia de que vamos a parecer débiles o tontos. Nada más lejano a ello. Es una cuestión sobre cómo queremos vivir libres de resentimientos.
Perdonar no significa que ya no te duela… Es más, la persona que te dañó quizás ni siquiera tenga que enterarse que ya la perdonaste. Es decir, el perdón, es un regalo que te das a ti mism@ de cancelar la deuda que sientes que deben.
“Tu hermano no te pudo hacer daño, y además, lo perdonas por haberlo intentado” (Un curso de Milagros).
Pero, ¿por dónde empiezo? Por la decisión de hacerlo; así de simple, decido perdonar “para esto…”. Esto puede llevar tiempo, ya que es un proceso, donde necesito hacer un alto y revisar el mensaje que este maestro de vida viene a darme.
Preguntarme, ¿qué gano por no perdonar? Lo más seguro es que digas, “no, yo no gano nada”, pero creéme, siempre ganamos algo, ya que mientras el otr@ sea el culpable, yo quedo en una posición de superioridad, el otr@ es el mal@ y yo soy la persona buen@ e inocente. “Tú me debes algo y te voy a someter con mi desprecio para que te sientas mal”. Después preguntarme qué pierdo, a lo mejor paz, armonía, alegría, capacidad de autocrítica, humildad, etc.
Comprender que quien te daña, es el responsable del daño, no tú, y devolvérselo de esta forma imaginando a la persona y diciéndole lo siguiente desde el corazón y cuantas veces lo necesites:
“El daño que me hiciste fue muy grave, pero es tuyo, no es mío, es tu responsabilidad y yo ya no lo voy a cargar. Ahora asumo la responsabilidad de lo mío, es decir, de  mi vida; cargo mi propio paquete, la forma como yo colaboré para que esta situación se diera y ahora te dejo en paz”.
Este ejercicio es muy bueno porque te ayuda a cobrar conciencia acerca de cómo tú vienes cargando además del daño causado, el dolor, la frustración e impotencia, en vez de que lo haga la otra persona, quien además, quizás ni siquiera esté preocupad@ por ti y por tu dolor.
También es muy útil reconocer los aprendizajes por la experiencia vivida, hacer una carta donde expreses todos tus sentimientos. Escribir cuál es tu gran miedo y cuál es tu gran dolor, qué necesitabas de esa persona, qué expectativas tenías de ella en la relación,  para qué decides soltar y por último, a qué le quieres dar la bienvenida en tu vida. Una vez que la hayas terminado, la puedes quemar, ya que el fuego purifica y despues tirar las cenizas al WC, ya que el agua limpia la energía. Este ejercicio es muy poderoso y te lo recomiendo ampliamente.
Te invito a que te liberes del dolor y le des la bienvenida al amor hacia ti mism@ y hacia el otro.


Decir adiós…



Quiero poder abrir la mano y soltar lo que hoy ya no está, lo que hoy ya no sirve, lo que hoy no es para mí, lo que hoy no me pertenece. No quiero retenerte, no quiero que te quedes conmigo porque yo no te dejo ir.
”No quiero que hagas nada para quedarte más allá de lo que quieras. Mientras yo deje la puerta abierta voy a saber que estás acá porque te quieres quedar, porque si te quisieras ir ya te habrías ido…” Jorge Bucay


Qué difícil es soltar, ¿verdad? Ojalá fuera materia obligada desde la infancia el aprender a hacerlo…, el comprender que el dolor, las pérdidas, los finales, son parte de la vida. Nos aferramos a personas, situaciones, emociones, objetos, expectativas, fantasías, en fin…,  ¡a lo que se pueda!…, como si con ello, pudiéramos amortiguar el dolor de la pérdida. No nos damos cuenta, que mientras no soltemos, no podemos darle la bienvenida a lo nuevo. Es importante comprender que en la vida siempre va a haber tres constantes: cambio, incertidumbre y crisis.En este sentido, estos tres elementos, son los que necesitamos aceptar para poder evolucionar como seres humanos y orientarnos hacia el aprendizaje, en vez del aferramiento. Como la oruga, que cuando se convierte en capullo, entra a un proceso de desestructuración total para convertirse en algo totalmente diferente, en mariposa.

Pero, ¿qué nos impide soltar? Tres emociones muy poderosas:
1.    El miedo: A no volver a sentir las mismas emociones positivas, a darme cuenta que si suelto eso a lo que me aferro, lo más seguro, es que toque algo mayor; ya sea, la soledad o el vacío, hacerme cargo de mi vida, correr riesgos, entre otras.
“No hay que llenar los vacíos, hay que habitar los espacios”
2.    El dolor: Todos le huimos al dolor, sin embargo, hasta que no lo toques de frente, te será muy difícil soltar, ya que te impide liberar la carga energética de la emoción, la cual se queda contenida en tu cuerpo, que a su vez, te pueden llevar a enfermarte, además de que lo conviertes en sufrimiento, es decir, en una construcción mental, donde te cuentas tu historia de dolor una y otra vez.
3.    La culpa: La cual te mantiene atascado en el pasado, pensando todo lo que “debiste” hacer y no hiciste, o culpando a otro de tu dolor.

¿Qué hacemos entonces?
La palabra mágica: “ACEPTACIÓN”. De lo que es, de lo que está o ya no está… Cuando acepto, es cuando puedo comenzar a fluir con la vida, con lo que sí está en mis manos resolver. Posteriormente, “PERDONARTE” y “PERDONAR”. Esto quiere decir, comprender que hice lo que pude con las herramientas que contaba en ese momento, y que la persona que yo creo que me dañó, es un maestro de vida que me viene a mostrar todo lo que yo necesito trabajar en mi. Comprender que muchas veces el otro, no me daña intencionalemente, sólo hace lo que también cree que es mejor en ese momento… y aún cuando fuera el daño intencional, comprender que el otro, es un espejo de la manera como yo me trato a mi mismo. Es decir, la chamba siempre es interna, no es externa. Te invito a que te permitas el regalo de aprender a fluir con la vida. Si no puedes hacerlo solo, busca ayuda terapeútica.

Suelta, y abre las puertas a lo que está por venir…


El regreso de las diosas


Me llama la atención como en el Día Internacional de la Mujer, todas nos felicitamos y nos mandamos fotos, mensajes, frases, etc., pero el resto del año, nos la pasamos criticándonos a nosotras mismas y a nuestras congéneres... ¡Somos nuestras más duras jueces!!!! Nos criticamos el físico, nos sometemos a todo tipo de torturas con tal de tener una imagen eternamente bella y joven, criticamos nuestras capacidades y habilidades, el no poder con todo (el Síndrome de la Mujer Maravilla),  y no poder con todo de manera perfecta. Implacables con las demás y dispuestas a despedazarnos a la menor provocación; incluso a pelearnos a los hombres  y por ellos (canibalismo femenino).
Necesitamos de manera urgente reconciliarnos, revalorarnos y respetarnos a nosotras mismas, a nuestra feminidad, a nuestra esencia poderosa de diosas y sacerdotisas, de guerreras incansables, pero también de fuente de ternura inagotable.
Que no se nos olvide mujeres,  somos las generadoras  de la vida y no solo en el tema de los hijos. Somos creadoras de familia y comunidad, de belleza,  armonía,  equilibrio, paz y alegría. Si nosotras no nos valoramos, cuidamos y respetamos, ¿cómo queremos que los hombres lo hagan?
Yo te quiero preguntar mujer, ¿hace cuánto que no haces algo lindo por ti? Ir a arreglarte el cabello, comprarte algo que te guste, ir a un lugar que disfrutes, darte un masaje, etc. ¿Hace cuánto que no vas al doctor a hacerte tu chequeo de salud? ¿Hace cuánto que no pides lo que tú necesitas? ¿Hace cuánto que no te ves al espejo y te dices lo hermosa y maravillosa que eres? ¿Hace cuánto que no reconoces todas las cosas que haces y que haces muy bien? ¿Hace cuánto, que no te permites recibir un halago o un piropo con aceptación y agradecimiento, en lugar de pena y creencia de falta de merecimiento?
Es hora de honrar no solo a la mujer que soy hoy, sino honrar a nuestras grandes mujeres ancestrales, a ellas que lucharon y lograron todo lo que estamos disfrutando, aquellas que se atrevieron a romper convencionalismos, a salirse de los roles esperados, a cuestionar creencias, a romper fronteras…
Ellas ya se sacrificaron, pero es momento que nosotras las honremos haciendo algo muy bueno con  nuestra vida, a través de nuestros hijos o a través de nuestras obras, dejando de repetir esos patrones de sumisión, maltrato y sufrimiento.
El mundo necesita en este momento que la mujer retome su fuerza, pero no desde el feminismo recalcitrante donde competimos con los hombres, sino desde nuestra sabiduría, nuestra inteligencia y nuestra intuición tan desarrollada, reconectándonos con nuestra emocionalidad y empatía.
¿Y qué podemos hacer para lograr esto? Ahí te van algunos tips:
·         Párate frente al espejo, de preferencia de cuerpo entero y repítete: “A pesar de…… (estar gorda, fea, vieja, etc.), yo me amo y me acepto profunda e incondicionalmente. Repite este ejercicio dos veces al día  varias veces durante el tiempo que lo necesites… El espejo sana directo a nuestra niña interna.
·         Con los ojos cerrados, sentada con tus dos pies apoyados en el piso y la espalda recta, visualizar a todas las mujeres de tu sistema familiar y decirles: “A partir de este momento, dejo de reparar a las mujeres de mi sistema a partir  del sufrimiento, el miedo,  la culpa y el maltrato, y decido repararlas a través del amor, a través del corazón”. Repítelo hasta que tú sientas que lo estás diciendo desde el corazón. Inhala y exhala profundamente por la nariz.

Espero que estos pequeños ejercicios te sean de utilidad. ¡Festejemos todos los días la maravillosa aventura de ser mujer!!!


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