"Si de noche lloras porque el sol no está, tus lágrimas de impedirán ver las estrellas". Tagore
¿Tiendes a aferrarte al pasado, a las personas o a algunas situaciones, aun cuando te hacen sufrir?
A lo largo de la vida vivimos todo tipo de situaciones.
Independientemente de que éstas sean positivas o negativas, alegres o tristes y
tendemos a aferrarnos a ellas. Actuar así, es un error.
Nos guste o no, lo aceptemos o lo rechacemos, nada es permanente en la
vida, todo cambia y ante este hecho tenemos dos opciones:
Podemos aceptar los cambios y fluir o nos podemos quedar atrapados en
relaciones, sentimientos y momentos dolorosos, que nos impide seguir avanzando
y disfrutar de la vida.
Una conducta humana muy frecuente es la de intentar atesorar objetos,
relaciones, poder, dinero, títulos, etc. De esa manera buscamos seguridad. Esa
parte de nosotros mismos a la que denominamos ego, nos hace sentirnos
insuficientes y buscamos compensación para sobrevivir. Pero aunque tengamos
suficiente, no dejamos de querer más. Nuestro ego cree que cuanto más consiga y
cuanto más controle, más feliz será. Todo lo cual es erróneo.
Este deseo de aferrarse a las cosas choca con una característica de la
realidad, que es la inpermanencia. Nada material permanece estable. Todo se
transforma y desaparece. El tiempo nos va arrebatando posesiones, personas, la
salud, y al final la vida. Por eso la pretensión de retener cualquier cosa es
absurda. Esto nos causa sufrimiento. Dice una cita budista: Donde hay apego,
hay sufrimiento.
Cuando aparecen dificultades o problemas en la vida a veces es aún más
complicado, pues podemos estar muy embrollados en una situación y con unos
sentimientos demasiado intensos como para poder soltar. Al afrontar emociones
difíciles se trata de entrar en un proceso donde primero se requiere poner
conciencia, observando sin reprimir o negar lo que es, permitir la emoción y
darle un espacio para que se exprese; darnos cariño y comprensión, para
finalmente llegar a un estado de calma donde sea posible soltar lastre
emocional.
Muchas veces queremos huir de algo porque nos desagrada o molesta. No
confundamos esto con soltar, sino que se trata de rechazo y evasión, de oponer
resistencia. Podemos recordar la otra cita budista: Donde hay
aversión, hay sufrimiento. Cuando no es posible soltar, se puede
simplemente dejar estar lo que se presenta, ya sea miedo, rabia o dolor. Se
trata de hacernos conscientes, permitir ir y venir a las emociones intensas y
los pensamientos. Hasta que estemos preparados para dejar ir.
La pérdida nos pone frente al miedo, al vacío que tanto nos aterra. Nos
pone frente a la crisis, incertidumbre y cambio.
Pero, ¿Qué es una crisis?
Cuando la vida no es lo que uno espera, y cuando no tenemos las
herramientas para salir adelante, a través del miedo, tratamos de minimizar el
dolor y entramos en compulsiones, adicciones, enfermedades o conductas
autodestructivas.
En una crisis lo más importante es el discurso interno, la narrativa, lo
cual te lleva a buscar recursos o a paralizarte. Es decir, la capacidad de
afrontamiento que presentes ante la misma.
Una de las características de la crisis, es sentir que estoy solo y se
define como un estado de desorientación e inestabilidad emocional, en el que la
mayoría de las dimensiones de la vida de un individuo se ven afectadas y que se
relaciona consistentemente con cambios para los que el individuo no tiene
recursos con qué afrontarlos. "Una novedad con la que no sabemos qué
hacer".
Sin embargo, lo importante es saber llevar la crisis y salir fortalecido
de ella. Sólo cuando la vamos afrontando, nos damos cuenta que fue algo
importante para nuestra evolución como seres humanos. Adquirimos nuevas
herramientas y generamos otras oportunidades que, si no se hubiera presentado
la crisis, no hubiéramos podido ver.
Es importante dejar de resistirte a ella y tratar de forzar una
situación para que se dé como nosotros deseamos que se dé, aunque no haya los
elementos adecuados para que así suceda. Recuerda que la resistencia crea
persistencia.
Por último, si sientes que no puedes salir por ti mismo adelante, pide
ayuda psicológica a la brevedad.
¡Feliz semana!