Haste dueño de tu destino profesional


Comencemos la semana estimados amigos, preguntándonos, si estamos desarrollando la actividad profesional que nos apasiona. Si es así, ¡felicidades!!! Si no, ¿qué esperas para hacerlo?
Hagamos un ejercicio:
Piensa en las 3 actividades para los que seas bueno o buena  y cómo puedes ponerlas al servicio de los demás. Sólo si sabemos para qué somos buenos, haremos una vida con propósito. Es muy difícil ser felices si no hacemos cosas que hagan más felices a los demás.

De ahí necesitamos comprometernos con nuestra pasión. Del 1 al 10, ¿qué tanto estás comprometido con tu proyecto actual? ¿Qué estamos haciendo con menos de un 10 de compromiso? Ahora, ¿te garantiza un compromiso 10 que vas a lograr tu propósito? No, desgraciadamente, sin embargo, al dar el máximo esfuerzo se potencializan los resultados. Si tienes un compromiso 6 o 7, obviamente, se va dificultando la llegada.  Existe una regla: “Juégate al máximo riesgo todo aquello que puedas perder, sin temor a que te pase nada”. Juega para ganar, no para no perder. Es decir, hacemos todo para no perder, para apostar a lo “seguro”, sin darnos cuenta, que estamos haciendo muchas veces más de lo mismo, volviéndonos “genéricos”.

Otro punto importante para ser dueño de tu destino profesional es: ¿Has duplicado tu tasa de errores? inicia proyectos en los cuales no sepas si vas a acertar o si la vas a regar. Has un aprendizaje validado. Es decir, ensayo y error, hasta crear lo que quieres. Cada pequeño autónomo necesita innovar, apostar por lo desconocido, correr riesgos. Ahora, te invito a que escribas una idea que nunca te hayas atrevido a realizar, donde no tengas asegurado el éxito y estés innovando. Comprométete a realizarlo. Formúlate la siguiente pregunta: Y si hago esto, ¿qué es lo peor que te podría pasar? Mide los riesgos, y si eres capaz de afrontarlos, ¿qué esperas para empezar?

La siguiente cuestión es, ¿sabes qué problema solucionas como profesional exactamente? Si estás resolviendo el mismo problema que muchas personas, permíteme decirte que eres un genérico.
Para poder dar mucho, necesitamos ser muy buenos en lo que hacemos, necesitamos ser totalmente expertos en resolver un problema en un área muy específica del conocimiento. Una vez que ya lo sepas, necesitas vender tu proyecto,  ser capaz de decirle a otra persona en 30 segundos a qué te dedicas, a esto se le llama “elevator pitch”. Cuando tú eres capaz de transmitir esta información a tus posibles clientes, de manera contundente y clara, se potencian tus oportunidades.
Hay profesionales que dan muerte  de “elevator pitch”, es decir, se tardan 30 min o más para explicar lo que hacen, en lugar de decir en una frase su propuesta única de valor.

Como profesional, también debes ser capaz de hacer presentaciones efectivas para tu cliente potencial, si no darás la “muerte power point”, es decir, al hacer las presentaciones demasiado cargadas de palabras e información, tu cliente potencial se duerme…

En otra frase explica de qué te diferencias de otros, y en otra ¿por qué tú?, puede ser por tu experiencia, por la  calidad del producto, por tu especialización, etc. Necesitas tenerlo como estructura flotante en la mente. Y por último, hacer una llamada a la acción, ¿qué quiere decir esto? Entregar una tarjeta a tu cliente, preguntarle sus datos, mandarle vía mail información, etc.

Ya tienes que hacer y cómo comenzar a comercializarlo. Ahora “apasiónate” con ello. Hacen falta productos diferenciales, productos o servicios que enamoren al otro. Te recomiendo que leas el libro de Richard Branson que se llama “Hagámoslo”. Ya que, cuando encuentras el qué, el cómo es lo de menos.
Necesitas estar inspirado para poder realizar tu proyecto. Pregúntate, ¿es divertido este trabajo? ¿Realmente me llena?, ¿te levantas emocionado para realizarlo? Cuando te apasiones por lo que haces y te formes para ello, el dinero vendrá. 


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